- El cambio climático, la contaminación y la sobrepesca mantienen a los océanos en un escenario crítico.
- Para apoyar medidas que permitan conservar los océanos, durante la última semana, los países de la ONU se reunieron en el sur de Francia durante la tercera Conferencia de las Naciones Unidas para los Océanos.
- Publicaron una declaración en Niza para lograr un acuerdo global de plásticos ambicioso y varios países ratificaron el Tratado de Alta Mar.
- Temas clave como la eliminación gradual de combustibles fósiles y la sobrepesca quedaron fuera de la discusión.
La Tercera Conferencia de las Naciones Unidas para los Océanos (UNOC3) concluyó este viernes 13 de junio, con la firma de la Declaración de Niza. El documento no es vinculante, es decir, no está sujeto a obligación, pero pretende dar cuenta de la voluntad de los países para invertir más en la protección de los océanos como parte de los esfuerzos para hacer frente a la crisis climática.
Los países acordaron algunas iniciativas auspiciosas para la conservación de los ecosistemas marinos, aunque por ahora se trata de buenas intenciones y habrá que ver si se concretan en acciones. Temas clave para la salud de los océanos, como la reducción de los combustibles fósiles y la sobrepesca, quedaron fuera de la discusión.
Lo que es cierto, aseguran los expertos, es que la gran convocatoria del evento, da cuenta de un interés creciente en los océanos y de una confianza en el multilateralismo. “La asistencia a esta reunión —no solo de países, sino también de la sociedad civil, el sector empresarial y las comunidades indígenas— representa más del doble de las que asistieron a la conferencia de Lisboa, a la que asistí hace dos años”, aseguró el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres. “Todo esto demuestra un impulso que, para ser sincero, nunca había presenciado en conferencias de este tipo”, sostuvo.

Durante una semana, 64 jefes de Estado y de Gobierno, 115 ministros, 12 000 delegados de más de 100 países, científicos del mundo entero y representantes de la sociedad civil, incluidas comunidades indígenas, se reunieron en la ciudad de Niza, al sur de Francia, con el objetivo de respaldar nuevas medidas urgentes para apoyar la implementación del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 14: lograr conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para 2030.
La conferencia terminó con buenas noticias para el Acuerdo de Biodiversidad Marina de Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional (BBNJ), lo que representa un progreso para alcanzar la meta de proteger el 30 % de los océanos. Líderes mundiales de 37 países renovaron su llamado a una moratoria global a la minería en aguas profundas. También hubo novedades en la tarea de frenar la contaminación por plásticos y adquirió más fuerza la idea de que el océano debe ser parte fundamental de las estrategias nacionales para mitigar y adaptarse al cambio climático.
Sin embargo, no hubo novedades sobre acciones concretas para eliminar progresivamente los combustibles fósiles y nada se dijo sobre la sobrepesca que amenaza los recursos marinos del mundo.

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Pronta entrada en vigor del Tratado de Alta Mar
Al término de la conferencia, 56 países han ratificado el Acuerdo de Biodiversidad Marina de Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional (BBNJ) y 12 están listos para hacerlo en septiembre próximo, informó Olivier Poivre D’Arvor, enviado especial de Francia para la UNOC3. “Tendremos 70 signatarios», aseguró, lo que es “una victoria de esta UNOC”, dijo, puesto que con esa cantidad de ratificaciones, el acuerdo podrá entrar en vigor antes de que acabe el año.
El también llamado Tratado de Alta Mar busca garantizar la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina en aguas internacionales, es decir, en todas las porciones de los océanos que no están dentro de las jurisdicciones nacionales de los países. Se trata de un paso clave para lograr la meta de proteger el 30 % de los océanos para 2030, ya que, entre otras cosas, abre la posibilidad a que se puedan crear áreas marinas protegidas en aguas internacionales.
Eso sí, aclara Enric Sala, líder del proyecto Pristine Seas de National Geographic, eso no exime a los países de que protejan el 30 % de sus territorios marítimos.
“El BBJN no puede ser utilizado por los países como excusa para no proteger las zonas más apropiadas en sus propias aguas. El 96 % de las capturas globales de peces vienen de las aguas nacionales, por lo que el 96 % del problema que puede ser solucionado por áreas protegidas está en las 200 millas, no en altamar. Necesitamos proteger las zonas claves en ambas partes”.

Una vez que se reúnan todas las ratificaciones necesarias (un mínimo de 60) comenzará una cuenta regresiva de 120 días para que el tratado se convierta legalmente en vinculante. Después, se celebrará la primera gran reunión mundial (la COP de la BBNJ) para decidir cómo ponerlo en marcha.
“El trabajo de verdad comienza después (de que entre en vigor el tratado). Alguna nación tendrá que hacer alguna propuesta para crear un área protegida en alta mar y el proceso en Naciones Unidas va a tardar años”, asegura Sala.
Ante la crisis por el plástico
El segundo día de la conferencia, más de 90 países emitieron una declaración para que el tratado global de plásticos, que actualmente se está discutiendo, sea robusto y pueda realmente acabar con el grave problema de contaminación.
El Llamamiento de Niza describe cinco puntos que los gobiernos consideran cruciales para alcanzar ese objetivo: aplicar un enfoque de ciclo de vida completo —que incluya la producción de plásticos—, y eliminar gradualmente las sustancias químicas preocupantes y los productos problemáticos. También, mejorar el diseño de los productos, desarrollar medios eficaces de implementación e incorporar disposiciones que permitan un tratado que pueda evolucionar con el tiempo.
La declaración ha sido considerada un gran éxito de esta conferencia y se espera que marque un punto de inflexión en agosto próximo, cuando se lleve a cabo en Ginebra la segunda ronda de negociaciones del Comité Intergubernamental de Negociación.

“El mundo no necesita otro acuerdo blando. Necesitamos un tratado que sea vinculante, global y lo suficientemente poderoso como para acabar con la crisis del plástico. Estamos unidos tras un mensaje: no más medias tintas. Estamos aquí para proteger a las personas, no los beneficios del plástico”, dijo Juan Carlos Monterrey, Representante Especial para el Cambio Climático y Director Nacional de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente de Panamá.
La iniciativa ha sido celebrada por la sociedad civil. Sin embargo, Andrés del Castillo, abogado senior del Centro de Derecho Ambiental Internacional (CIEL), advierte que “en agosto, en Ginebra, las declaraciones políticas no serán suficientes. Debemos ver a los Estados plantar cara a los intereses de los petroestados y los combustibles fósiles en el pleno de las negociaciones. Sus acciones hablarán más fuerte que sus palabras”.
Países se unen a la moratoria para la minería submarina
Los líderes mundiales de 37 países renovaron su llamado a una moratoria global a la minería en aguas profundas y reafirmaron el papel central de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA). Este es el único organismo competente para regir las actividades relacionadas con los recursos minerales en las zonas situadas en aguas internacionales, sostuvieron.
Se trata de un espaldarazo a la jefa de la ISA, Leticia Carvalho, quien rechazó que el presidente Donald Trump firmara en abril de este año un decreto solicitando a su istración acelerar la emisión de permisos de explotación minera, no solo en su territorio marítimo sino también en aguas internacionales.
En la sesión plenaria inaugural, el presidente francés, Emmanuel Macron, denunció la minería de aguas profundas como una «locura» y el secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, lo respaldó señalando que “las profundidades marinas no pueden convertirse en el Salvaje Oeste”.

Hasta ahora, solo la exploración está autorizada por la ISA, pero no así la explotación, dado que no se ha creado el código minero para tales actividades. Además, la explotación se encuentra detenida porque no se han realizado las investigaciones necesarias para tener claridad sobre las consecuencias ambientales que la minería submarina podría generar, aunque los expertos advierten riesgos catastróficos.
Los principales bancos también se unieron a este movimiento, anunciando que no volverán a considerar la financiación de proyectos mineros en el área.
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El océano debe ser parte de la acción climática
Brasil y Francia lanzaron una nueva iniciativa para poner en el centro de la acción climática a los océanos. Instaron a los países de la ONU a incorporar a los océanos en sus acciones climáticas nacionales, algo que los expertos consideran clave.
Paradójicamente, aunque los océanos regulan el clima del planeta y son un importante sumidero de carbono —absorben aproximadamente el 30 % de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2)—, son pocos los países que lo consideran en sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), es decir, en sus estrategias nacionales para mitigar el calentamiento global y adaptarse al cambio climático.
“Hasta la COP 25 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 2019) no había mención de los océanos. Estamos hablando del 70 % del planeta y sencillamente no estaba. Le hemos dado la espalda al océanos durante muchos años, pero finalmente ha tomado la relevancia que debería estar tomando. Le falta todavía, pero creo que vamos hacia allá”, asegura Maximiliano Bello, experto en política oceánica internacional.

Si bien la iniciativa fue bien recibida, habrá que ver si se concreta y los países presentan sus NDC actualizadas, incluyendo en ellas a los océanos, en la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 30), que se desarrollará en noviembre próximo en Belém, Brasil.
“Me gustaría que las cosas avanzaran mucho más rápido”, dijo el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres. “Vemos que el cambio climático se ha convertido en una amenaza extremadamente grave para la vida en nuestros océanos. Y en ese aspecto, debo decir, avanzamos lentamente, y espero que la COP de Belém pueda proporcionar la aceleración necesaria”, agregó.
A pesar de este impulso positivo, no pasó desapercibido el hecho de que Brasil está a punto de autorizar la exploración petrolera en la desembocadura del río Amazonas, en el llamado Bloque 59, un área marina sensible y extraordinariamente biodiversa, y que además prepara una subasta en la que se ofertarán 47 bloques petroleros adicionales.
“Existe una desconexión clara entre las promesas climáticas de Brasil y sus acciones”, dice Suely Araújo, especialista senior en Políticas Públicas del Observatorio del Clima (Brasil) y ex presidenta del Instituto brasileño de Medio Ambiente y de Recursos Naturales Renovables (IBAMA). “Mientras afirma ejercer liderazgo, sigue siendo el octavo mayor productor de petróleo del mundo y está en expansión con el objetivo de convertirse en el cuarto».
Araújo explicó que se están subastando nuevos bloques marinos, «incluso cerca de áreas ecológicamente sensibles como Fernando de Noronha”. La experta afirma que esto socava directamente los compromisos del país con el clima y los océanos. “No se puede expandir la producción de combustibles fósiles y al mismo tiempo esperar credibilidad en liderazgo ambiental”, sostiene.
Luene Karipuna, coordinadora ejecutiva de APOIANP (Articulación de los Pueblos y Organizaciones Indígenas de Amapá y el Norte de Pará) y lideresa del pueblo Karipuna, dijo: “Nos hacemos eco del llamamiento urgente de los líderes indígenas de Amapá: nos oponemos al proyecto de Petrobras y a cualquier extracción de combustibles fósiles en la cuenca del Amazonas. La Amazonía no es una zona de sacrificio».

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Los grandes ausentes de la conferencia
“El 85 % de las emisiones [de gases de efecto invernadero] proceden de los combustibles fósiles”, aseguró António Guterres. Aunque el Secretario General de las Naciones Unidas señaló que “la era de los combustibles fósiles está llegando a su fin”, también agregó que “el problema es si se logrará a tiempo” y que “lo que necesitamos es acelerar la transición (hacia las energías renovables)”.
Sin embargo, ese es justamente el tema sobre el cuál no se ha ahondado en esta conferencia. Ello, a pesar de que en 2024 se produjo un auge de nuevos proyectos de extracción de petróleo y gas en el mar, lo que pone aún más en peligro a los ecosistemas oceánicos, de acuerdo con Global Energy Monitor, una organización que analiza datos sobre infraestructura, recursos y usos energéticos.
“Este no era el tema de UNOC, pero lo mencionamos», dijo Poivre D’Arvor. Bruna Campos, investigadora del Centro de Derecho Ambiental (CIEL), lo considera “inexcusable”.
“La cuestión de los combustibles fósiles, una de las mayores amenazas para el océano, quedó fuera de una conferencia dedicada a protegerlo”, afirma Campos. Además, “las emisiones de gases de efecto invernadero se consideran contaminantes marinos, según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar». «Esta conexión crítica debería haber ocupado un lugar central en la Conferencia sobre los Océanos, pero fue ignorada”, agrega Campos.
De acuerdo con Campos, “los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo del Pacífico fueron de las pocas naciones que hablaron claramente de la urgente necesidad de eliminar progresivamente los combustibles fósiles”. Se trata de una cuestión de vida o muerte para ellos, explica la especialista, así como para muchas otras comunidades vulnerables al cambio climático. “Ignorar el imperativo de eliminar progresivamente el petróleo y el gas en alta mar no es sólo una injusticia: es inisible».

El otro gran tema ausente en la UNOC3 fue la sobrepesca.
Olivier Poivre D’Arvor, el enviado especial de Francia para la UNOC3, mencionó en una conferencia de prensa el último día de la UNOC que el acuerdo sobre subvenciones pesqueras que se firmó en 2022 en la Organización Mundial de Comercio también está pronto a entrar en vigor, dado que se está cerca de la cantidad de ratificaciones necesarias.
Que este acuerdo se ponga en marcha es clave, puesto que pone freno a los subsidios dañinos que permiten la sobrepesca, como el combustible y la construcción de barcos.
Sin embargo, los expertos aseguran que no es suficiente para terminar con la pesca excesiva que amenaza la sostenibilidad de los recursos marinos.
El último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Acuicultura (FAO) sobre el estado mundial de la pesca, asegura que “la preocupación por el estado de los recursos pesqueros marinos persiste” y que “la proporción de poblaciones de peces marinos dentro de niveles biológicamente sostenibles disminuyó al 62.3 % en 2021, un 2.3 % menos que en 2019”.
“Cada dos años, la FAO publica este reporte y desde 1974 la sobrepesca va en aumento”, asegura Guillermo Ortuño Crespo, experto en asuntos pesqueros y Codirector del Grupo de Especialistas en Alta Mar de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
“No se está hablando de la sobrepesca legal industrial, de los impactos negativos de la pesca artesanal e industrial. Hace falta que la UNOC ponga la sobrepesca como tema principal, no solo lo ilegal, no solo lo bonito de la pesca artesanal, porque tenemos una crisis por delante y sin subsidios también se puede llevar a sobrepesca”, señala Ortuño.

Según el experto, hasta ahora ninguna de las tres UNOC que se han llevado a cabo han puesto al centro de la discusión a la sobrepesca. Espera que el próximo encuentro, que será organizado por Corea del Sur y Chile, la sobrepesca sea un tema que nadie pueda ignorar.
*Imagen Principal: la tercera Conferencia de las Naciones Unidas para los Océanos se llevó a cabo en Niza, Francia, entre el 9 y el 13 de junio. Foto: Naciones Unidas